AL SÚPER, UNA SENYORA de la cua exclama:
–Oye, llévate otra de fresas que están de oferta.
–No, gracias. Con una tengo de sobras.
–Ya, pero están de oferta. La segunda te sale a 50 céntimos.
–No, no. Con una me basto.
–Te traigo, otra, va.
–No, gracias.
–Pues me la quedo yo y te doy los 50 céntimos.